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viernes, 13 de noviembre de 2009

Sí, la cosa funciona




“Si la cosa funciona” es una película que engancha al espectador desde el primer momento. No obstante, seguramente, lo que más entusiasme a los espectadores sea la empatía que se siente hacia personajes tan excéntricos, aun cuando necesariamente no nos sintamos identificados con ellos, más que el argumento del largometraje de Woody Allen en sí.


Melody (Evan Rachel Wood), una joven de Mississippi, llega a Nueva York en busca de una nueva vida y se casa con Boris (Larry David), un excéntrico intelectual 40 años mayor que ella, que abandona su acomodada existencia para retirarse a una vida bohemia. Todo comienza cuando ambos se casan por la necesidad de sentirse acompañados, ella por creer que si se casaba con Boris se sentiría más realizada y él por pensar que tenía que disfrutar lo que le quedaba de vida junto a una persona más joven. Todo parece ir bien hasta que la conservadora y encorsetada en ideas madre de Melody, Marietta (Patricia Clarkson), se instala en Nueva York junto a su hija tras haber sido traicionada por su marido. De la noche a la mañana y tras instalarse en Nueva York, la vida de Marietta pegará un giro de 360º y pasará de ser una conservadora cuadriculada a una hippie, abierta a cualquier experiencia amatoria que surja.


Una vez instalada y adaptada a su nueva vida, Marietta comienza una exitosa carrera fotográfica y una lucha por que su hija conozca a otro hombre que no sea Boris. Marietta comienza a organizar encuentros “casuales” de posibles candidatos para su hija, hasta que finalmente uno de esos encuentros llega a buen puerto. Melody al conocer a Randy James (Henry Cavill) siente por primera vez desde su llegada a Nueva York que no necesita estar con Boris.


La ruptura con Boris se produce y aunque Boris al principio se queda sorprendido, también entiende que la vida sigue su curso y que Melody no se iba a quedar siempre con él dada su diferencia de edad e incompatibilidad de caracteres. Poco tiempo después, Boris rehace su vida junto a otra mujer. Mirando para atrás y viendo todos loa enredos familiares y sentimentales en los que se ha visto envuelto todo este tiempo, se da cuente de que, aunque esté contento con su nueva vida, la vida bohemia no es, ni mucho menos, tan relajada como él se había imaginado.

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